viernes, 3 de enero de 2014

NIKOLA TESLA

Manchas corre por toda la sala buscando su pelota. Olfatea debajo de la mesa, se sube a los sillones, ladra hacia la calle. Se desespera y sigue corriendo pero no se da cuenta que con sus patas traseras, tiró el control remoto de la televisión. Sus dueños están enojados porque el artefacto se hizo trizas y ahora deben comprar otro.

¿Qué hay detrás de un objeto como el control remoto? Existen pequeños objetos que, como los utilizamos cotidianamente, no nos detenemos a pensar en cómo fueron elaborados ni los inventos que le precedieron para crear una mejor tecnología. Gracias a ellos, no perdemos mucho tiempo en realizar ciertas actividades o logramos arreglar otros aparatos de forma eficaz.

Pilas y baterías: la energía del mundo

Las baterías y las pilas no son lo mismo. La diferencia radica en la manera en la que están elaboradas y en que las primeras se pueden recargar con energía eléctrica. Ambas comparten la misma historia: Alessandro Volta las creó al unir dos metales con una conexión húmeda. La perfeccionó hasta 1800, cuando diseñó la pila voltaica, que estaba hecha con placas de zinc y cobre separadas por un cartón o tela en salmuera (funcionaba como electrolicto).

Con el paso de los años, las pilas evolucionaron. Ahora están elaboradas de litio, óxido de plata o litio-maganeso. Son complejas de elaborar porque deben resistir a ciertos niveles de temperatura, según el aparato donde se utilicen. No obstante, contaminan severamente al medio ambiente por lo que se recomienda depositarlas en los sitios específicos para desecharlas.

En cambio, las baterías pueden recargarse con energía eléctrica. Es por ello que los automóviles pueden “pasarse corrientes” y ahora se pueden encontrar en el mercado de tipo recargable, en tamaños AA y AAA, principalmente. Sólo se necesita un cargador especial que se conecta a la corriente eléctrica.

Nikola TeslaEl control remoto: entrenamiento del dedo pulgar

¿Quién no ha hecho zapping los domingos por la tarde? Estamos aburridos y no hay nada en la televisión, pero nuestro dedo pulgar no se detiene. Lo mejor del caso es que no tenemos que levantarnos de nuestro asiento para cambiar de canal; lo hacemos a distancia.

El control remoto está compuesto por cuatro partes: la carcasa, que es la parte de plástico que podemos tocar; una plaqueta que contiene las funciones de cada comando; una fuente de alimentación, que casi siempre son pilas de 1.5 voltios y los botones.

La revista Nexos publicó un artículo sobre cómo se creó el control remoto. Esta es su historia. “En una demostración privada para inversionistas en el Madison Square Garden, el inventor Nikola Tesla presentó por vez primera su ‘Método de y aparato para controlar el mecanismo de movimiento de vehículo o vehículos’. Utilizando un radiotransmisor, Tesla dirigió a un pequeño bote sobre un lago. Luego de recibir la patente estadunidense por su invento en ese año, Tesla anunció su ‘autómata diabólico’ en una entrevista con el periódico neoyorquino The Sun... Luego de un prolongado escándalo por la propiedad intelectual, el crédito popular para la radiotecnología fue para Guillermo Marconi. Tesla se retiró a una dolida excentricidad, aseguraba que recibía órdenes del espacio exterior, y pasó sus últimos días con una paloma blanca a la que amaba particularmente”.

Posteriormente, se le añadió tecnología infrarroja. Actualmente, ya no son tan necesarios. Las empresas que crean televisores, hay logrado colocar sensores de voz para prender, apagar y cambiar de canal dependiendo la persona y los gustos de la misma.

Transistores: dispositivo multifuncional

Es considerado el mayor invento del siglo XX. En 1956, William Bradford Shockley, John Bardeen y Walter Houser Brattain, creadores del transistor, ganaron el Premio Nobel de Física. Pero, ¿por qué es tan importante? Todo comenzó por la necesidad del ser humano de comunicarse a largas distancias y en el menor tiempo posible.

Los antecesores del transistor fueron los triodos en un tubo vacío. Según el portal Ojo científico, “este invento a lo largo de la línea telefónica podía amplificar la señal lo suficiente como para poder hacer llamadas a larga distancia. El triodo está compuesto de tres partes: un cátodo que emite electrones, un ánodo que los capta y una rejilla situada entre los dos a la que se puede aplicar tensión… en esto consiste la amplificación de la señal eléctrica en la que se ha traducido la señal sonora”.

Ya en 1947, se crea en los Laboratorios Bell el transistor bipolar, que sustituyó al triodo. Está hecho de silicio, que sirve como semiconductor; abre y cierra los circuitos integrados y los chips. Por esta razón, se utiliza para los siguientes aparatos: teléfonos, radios, televisiones, reproductores de audio y video, relojes de cuarzo, lámparas, tomógrafos, entre otros.

¿De qué están hechos los celulares?

La telefonía celular es conocida a nivel mundial. Por ella, nos comunicamos con personas que pueden estar en distintas partes del globo terráqueo. Además, compartimos fotografías, enviamos mensajes y podemos guardar música. Todos los días cargamos con él y parece que no podemos vivir sin “textear” lo que hacemos.

Tal vez esta sea la causa de que no sepamos los componentes de los celulares. El 50% es de plástico; 15% es de vidrio y cerámica (forman la parte de la pantalla); 15% está hecho de cobre; 6% de zinc, plata, cromo, tantalio; 4% de cobalto y litio; 4% de carbono; 3% de hierro; 2% de níquel y 1% de estaño.

Aproximadamente, los celulares tienen un tiempo de vida de dos años. Esto se debe a la obsolescencia programada, que incita a los consumidores a comprar otros aparatos para no sufrir con los problemas que después de un tiempo, su teléfono consentido comienza a tener.

Como podemos notar, estos pequeños objetos fueron elaborados con gran destreza y han cambiado la vida de la humanidad, ya sea en el área de las telecomunicaciones o para realizar actividades laborales, comerciales y sociales. Es indispensable conocer un poco de su historia para comprender por qué se mantienen como los inventos más importantes en el siglo XXI.

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